¿Hay diseñadores que hacen grafitti?, ¿y grafittis que inspiran diseños?, ¿puede el grafitti entrar en un museo? La historia de los diseñadores colombianos que están tras el evento Desfase nos demuestra que todo esto y mucho más es posible.
Desfase, que celebró su tercera edición el pasado diciembre en Bogotá, sorprende por su aparente radicalidad: se trata de un “ataque visual” en una zona de la ciudad, en este caso el área de Mártires, un espacio degradado de la capital colombiana.
Stinkfish, uno de los responsables del acontecimiento, nos explica que éste, que atrae a creadores de diferentes países, “se fundamenta en el asalto, sin permiso previo idealmente, de un espacio público determinado, mediante imágenes de diversas procedencias en cuanto a técnica, factura, mensaje y tamaño, como carteles, stickers, stencils, graffitis, rótulos…”.
Se trata, sostiene, de “retomar la calle como un espacio participativo en el que se pueda compartir libremente todo tipo de información: imagen, sonido, sabor, olor, productos o conocimientos”. “¿Por qué sólo unos pocos pueden llevar sus imágenes a la calle? ¿por qué hay que pagar por colocar y compartir imágenes?”, remacha.
En este sentido, sin poner en duda el interés y, sobre todo, la originalidad de Desfase, que ha obtenido, entre otros, el apoyo de la Alcadía de Bogotá y de la marca Converse, ¿qué tiene que ver todo esto con el diseño? Organizando Desfase, se encuentra un colectivo de jóvenes diseñadores gráficos nacido en 2003 en Colombia, Excusado Print System, que pretende inscribirse en una “corriente alternativa en diseño gráfico”. El grupo -que ha participado en el evento de diseño Trimarchi, en Mar del Plata, e inauguró recientemente el sello editorial especializado ‘La Silueta’ con un libro sobre su trayectoria -, concibe el diseño gráfico “como una disciplina de autor y no como un simple trabajo de intermediario”.
Exposición de Excusados. Bogotá
Por otro lado, es interesante descubrir algunas opiniones y emociones de este sector, que se autodefine a caballo entre arte y diseño, respecto a los aportes que el arte urbano, el grafitti, puede hacer, por ejemplo, a la publicidad o a trabajos con fines comerciales. Para Stinkfish, “la potencia de estas expresiones urbanas cae notablemente al sacarla de su entorno y contexto original”, pero “obviamente sirven para anunciar, vender, promocionar…”.
Por su parte, José Sabaté, el creador de la popular imagen urbana del Pez, de presencia transatlántica, también cree que “el graffiti aporta muchisimo al diseño” y que “miles de diseñadores copian su estética”, aunque, actualmente, esté viviendo una mala experiencia en este sentido. Al parecer, según denuncia, una compañía de telefonía en Paraguay ha copiado sin permiso al popular Pez para una campaña publicitaria.
“El pez” en plena acción
En este sentido, vemos como la interrelación entre arte urbano y diseño se produce en diferentes direcciones y no siempre sin tensión. Por ejemplo, tenemos a creadores de arte urbano que llevan su estilo de la calle a productos de diseño (camisetas, publicaciones, objetos de uso cotidiano, marcas…) o sus obras urbanas a galerías de arte (el colectivo Excusado Print System expuso en Colombia, México y España durante 2007).
En otras ocasiones, igualmente, son otros diseñadores no vinculados al arte urbano o la misma industria de la publicidad quienes utilizan el arte de la calle y no siempre de forma ortodoxa, como se ha podido ver.
Por otro lado, como demuestra otro diseñador relacionado con las expresiones urbanas, Francisco Garzón, conocido como Kontra, es interesante recordar cómo el diseño gráfico –especialmente el que se mueve en la borrosa frontera con el arte- bebe de todas partes. Exagerando o no, en una entrevista para la publicación electrónica Oblongo, Kontra cita como referentes de su trabajo a músicos e incluso jugadores de fútbol, junto a los diseñadores.
Cover de diciembre de Kontra
En este sentido, Kontra, también vinculado a Desfase, es otro de los diseñadores revelación de esta corriente cuyos diseños se inspiran directamente en la llamada cultura urbana. Su trabajo, que se plasma en ámbitos tan diferentes como el diseño editorial o la identidad visual, ha sido descrito por el sitio norteamericano sobre arte y diseño be/dc como “una constante exploración en tipografía, texturas, diseño, gráficos y comunicación, aprovechando el actual bombardeo informacional que hay en la calle”.
En definitiva, regresando al tema central, el graffiti, un elemento ya clásico en el paisaje de muchas ciudades de todo el mundo, con versiones más o menos ‘artísticas’, sigue siendo una importante fuente de inspiración para el diseño gráfico de hoy. Igualmente, es especialmente reseñable el auge que presenta la escena colombiana. Algo que se produce, sobre todo, en las grandes ciudades, como señala José Sabaté.
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